La economía mundial avanza inexorablemente hacia una nueva fase, donde el capitalismo tendrá retos nunca antes vistos. La combinación de avances en Neurociencia Cognitiva, Inteligencia Artificial y Ciencia de los Datos, cambiará gran parte de las reglas de juego de la economía de los próximos lustros. En ese marco, emerge un nuevo enfoque, la ECONOMÍA DE LAS EMOCIONES, capaz de entender las décadas por venir mucho mejor que la tradicional economía neoclásica, muy a medida de la vieja economía de base industrial, ya casi agotada. De esta forma, la ECONOMÍA DE LAS EMOCIONES será clave para entender la incipiente economía 5.0, con seres humanos trabajando codo a codo con la inteligencia artificial, y con transacciones económicas basadas completamente en redes virtuales/digitales, donde la empatía, la reciprocidad y la confianza serán tanto o más importantes que el egoísmo como base del análisis económico.El actual capitalismo, excesivamente freudiano, explota -a través del Neuromarketing- casi sin barreras el concepto de insatisfacción del consumidor, de forma inconsciente, para que la gente siempre quiera más y más, llevando a muchos a situaciones de aguda ansiedad y depresión, los grandes males psicológicos de inicios del siglo XXI. Esta versión de capitalismo será puesta severamente en jaque en los próximos años, debido a su no sustentabilidad.Y es en esa búsqueda capitalista, de una fase superadora, donde emerge la ECONOMÍA DE LAS EMOCIONES, para ayudar a entender mejor las políticas públicas y las estrategias de negocios que lleven al bienestar real del ser humano, a su satisfacción plena y sustentable, en un mundo donde gran parte del trabajo lo harán las máquinas inteligentes.